Siempre he deseado que un día que estuviera solo en casa, con toda la familia bien repartida en sus quehaceres diarios y yo disfrutando de un día completamente festivo, se presentara por sorpresa algún muchacho bien atractivo intentando venderte algo y que le pueda invitar a pasar tranquilamente a mi casa y dar rienda suelta a una de mis mayores fantasías: hacérmelo con un vendedor.
Como no soy un experto, siempre he imaginado la situación y me he preguntado cómo se puede "atacar" a la persona que te quiere vender algo y que no te sientas rechazada por ella. Como no, debe de "entender", pues si no, en menuda situación te hayas. Por lo tanto, un trabajo de radar activo, estudiando bien la persona y si ves algún indicio de que pueda entender, pues tener la valiente osadía de iniciar un ataque sexual en toda regla. Dificil tarea, of course.
Hoy han llamado a la puerta. He abierto y me encuentro delante de mí un muchacho bien vestido, elegante pero casual, barba bien recortada, un pendiente que brillaba en su oreja derecha y unos pantalones bien ceñiditos. Era más bajito que yo, pero ahora no nos vamos a estar por ostias. Me pregunta por facturas de suministro y me vende la típica pregunta y activa las mismas estrategias que todos los que vienen con sus caramelos a querer que te cambies de compañía. Me interesa la oferta y le hago pasar. Sin dudar me fijo en el paquete (inexistente) pero, por contra, me gusta como le marca el culo. Que la tiene pequeña, no importa. Sigamos adelante. De la forma en la que habla, se expresa y se mueve no denoto que pueda entender. En casa hace calor y él entra y comienza a sudar. Se lo comento y se justifica porque ha venido bajo el sol, corriendo, etc. En ese momento, hubiera sido perfecto un "te puedes quitar la camisa, si quieres..." pero está claro que hubiera sido demasiado atrevido. O no. Mis miradas han sido directas, sin dudar, atravesando sus ojos para llegar a su cerebro, a saber lo que podía estar pensando, que se sintiera intimidado por mí.
Pero mala suerte... no estaba solo en casa. Estaba bien acompañado. Por lo tanto, oportunidad perdida para intentar cumplir mi fantasía sexual. Sin duda, no he desaprovechado en mirar cada centímetro de su cuerpo, de su cara, de mirarlo directa y fíjamente a sus ojos, como si de un escánner se tratara. Me ha comentado que volvería a pasar la semana que viene y no he podido decirle el día y la hora en que podía pasar que estuviera solo... Hubiera sonado raro estando la mujer delante. Intenté que ella estuviera en otra estancia de casa para poder disfrutar más de las vistas, pero no fue posible.
Está claro que la historia la he contado con un estilo irónico. Esto sí que ha pasado, concretamente hoy, pero lo he trasladado al más puro estilo novelístico. Aunque no os voy a negar que mi mente calenturienta ha ido mucho más allá de lo normal. Pero tenía las manos bien atadas. ¿Cuántas veces he estado solo en casa esperando a que un tipo como ese llamara a mi puerta? ¿Qué probabilidades existirían de que si le metiera mano al tipo realmente entendiera, se dejara llevar o, por el contrario, me rechazaría cruelmente porque es hetero?
La próxima vez, hecho a la familia de casa y emborracho al vendedor... vamos!!
Grrr... El título lleva a confusión, porque finalmente no se hace realidad. Grrr... ;-)
ResponderEliminarBueno, de ilusión también se vive, o al menos, las fantasías ayudan a vivir.
A veces acaban haciéndose realidad, con suerte, o con un pequeño acto de voluntad.
Y entonces es cuando uno se da cuenta que a veces la realidad supera la ficción, o no es tanto como uno se pensaba, jejeje...
Yo a los vendedores no les abro, pero a los pizzeros si :-)
Claro que cuando pizza nunca estoy sólo, y la imaginación se desborda.
Tienes que tener ;-)
La última frase se ha borrado.
ResponderEliminarDecía: Tienes que tener un plan B pues el vendedor puede ser abstemio ;-)
A mi puerta nunca ha llamado un vendedor guapo, ¡qué lástima!
ResponderEliminarjajaja, Perro, pues sí, da a confusión.. pero quería hacer un poco de cachondeo con el tema, ya que no ha habido "tema", jajaja...
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