Después de averiguar todo lo que el sujeto en cuestión hacía y deshacía a sus anchas, no sabíamos qué hacer, por dónde empezar o cómo cazarle. Y, la verdad, no lo planeamos nada bien, para qué engañarnos.
Enric quedó con José que se verían en un punto que sabría cuando él acabara de hacer una visita (la visita era, yo).
Entonces, nos conocimos y vimos (por primera y última vez) el día señalado para quedar con José. Después de tanto tiempo chateando, al final nos conocimos físicamente aunque el momento era un poco frustrante por lo que habíamos vivido. Tomamos un café y decidimos coger mi coche y quedar con él (primer error).
Nos movimos de ciudad en ciudad y decidimos que nos veríamos en una ciudad donde nos solíamos ver asiduamente José y yo (segundo error).
Enric y José, iban hablando por teléfono y no sabíamos dónde quedar con él sin que pudiera verme a mí, pero la historia se iba complicando. Al final, le dije que un sitio donde podríamos aparcar sin problema era en el parking de un hotel que había en las afueras (tercer error) porque era dónde muchas veces había quedado yo con él. Toda la historia la estaba llevando a donde asiduamente nos veíamos nosotros y con Enric, nunca había estado.
Para más fallos, en una de las rotondas que nos llevaba al hotel, nos topamos con él. Enric creía que le había visto pero no estábamos seguros. Ellos se iban llamando contínuamente y pensamos que no lo había visto. Luego supimos que le pareció ver a Enric en un coche pero ni por asomo pensó que el coche donde iba era el mío, pensó que iba con alguien más pero no sabía con quién. Por lo tanto, ya iba alerta de que la cita estaba siendo rara, rara.
Llegamos al parking pero no pudimos aparcar muy bien y estábamos muy visibles y cuando intentamos que Enric saliera de mi coche y se alejara él llegó con su coche y vió a Enric saliendo de mi coche y a mi, dentro. Dió un volantazo y se largó por donde vino. Enric intentó pillarlo corriendo y soltó toda su ira y su rabia insultándolo y diciéndole de todo. Pero se largó. La historia no nos salió bien y no pudimos tenerlo cara a cara, ni ese día, ni ningun otro más.
Entonces Enric se derrumbó y lloró por toda esa rabia contenida que tenía dentro. José le llamó al móvil y le dijo que no sabía que le había contado yo pero que todo era mentira. Él le preguntó que qué le podía haber contado yo que ya él lo catalogaba como mentira. Y entonces Enric le dijo de todo mientras yo estaba sentado en el coche.
Le explicó todo lo que habíamos descubierto, el tiempo que estuvo con los dos a la vez y que ya sabía que había más gente con la que había estado jugando mientras también estaba con él. José no hacía más que decir que todo eran mentiras mías para separarnos y Enric le decía que no se lo había dicho yo, que lo había visto con sus propios ojos. Ahora no recuerdo si le comentó lo de los mails. Sobre el tiempo que coincidió con los dos le dijo que me estaba dejando cuando le conoció y que no sabía cómo hacerlo. Entonces Enric le dijo que claro, y mientras no sabía como dejarlo, pues te follabas a los dos, verdad? Y él volvía a decir que eran mis mentiras para separarnos, que él le quería de verdad.. etc, etc, etc. Podía estar aquí escribiendo casi la hora que estuvieron ellos hablando pero ni me acuerdo, ni tengo ganas.
Una vez más tranquilos, cuidé de Enric, hablé con él e intenté tranquilizarle pero José le había contado tantas cosas, tantas mentiras que estaba muy dolido. Y tenía razón. Lo curioso es que no hacíamos más que ir a sitios donde yo había estado con José, pero esta vez con Enric, pero de una forma distinta, claro.
La historia, se había cerrado, pero entre ellos. La mía, seguía abierta. Después de lo que viví con José, de lo que tuve que aguantar con él y de lo que acabé descubriendo nadie se disculpó conmigo y encima era el malo: el que quería romper una relación. Una relació que ni tan solo sabía que existía y que, inocente de mí, le expliqué a un "amigo" con tantos pelos y señales que luego pasó lo que pasó.
Cuando dejé a Enric en su coche y le prometí que mantendría el contacto con él para ver cómo le iba, cómo lo llevaba, fui sincero. Cuando le vi marchar con su coche, paré el mío. Miré hacia el mar que tenía delante y pensé en todo lo que había vivido. Pensé en todo lo que no entendía de José y esas reacciones que tenía conmigo y, al final, ese resultado tan desagradable. Pero lo que más me dolía en mi interior es que yo era el malo y a mí José no me dijo nada, ni un triste lo siento, jugué contigo, te utilicé, etc, etc, no pude atacar como hubiera querido. Todo lo que yo le dije que había por parte de él era verdad y era hora de que él lo admitiera y no siguiera jugando conmigo. Pero no pudo ser. Y esa espinita se quedó guardada en mí durante un tiempo, bastante tiempo. Creo que incluso aun sigue ahí clavada. No podía haber empezado mi primera vez de la mejor manera...
Al final, Enric tuvo muchos problemas en su casa, se acabó separando, no tenía conexión a internet y doy fe que el último en enviarle un mail fui yo del cual ya no obtuve respuesta. Ya ha pasado muchísimo tiempo desde esta aventura (2000-2001) y sé que le fue bien, que conoció a un chico con el que se fue a vivir y que sus hijas lo aceptaron como era y es. Hasta ahí, todo bien. Lo que haya pasado hasta el día de hoy, lo desconozco.
Poco a poco me fui despojando, como dije en la primera entrada, de todos aquellos recuerdos que tenía de José y, creo que a fecha de hoy, no tengo ya nada que me pueda recordar a él. Durante los días siguientes Enric lo acabó encontrando por los chats. Es decir que él seguí engañando a más gente, faltaría más. Y hasta aquí esta historia con la cual empecé mi odisea bisexual.
Una vez cerrada esta historia tuve problemas de ansiedad, ya no se si por culpa de esta historia o porque, realmente, me tenía que pasar y no tiene nada que ver, pero coincidió el final de la historia, mucho trabajo en el curro, etc. A partir de ahí, fui padre por primera vez y estuve entretenido durante bastante tiempo hasta tener mi siguiente aventura. Aunque ya ninguna fue como fue la primera.